Vuelos retrasados, equipaje perdido, largas colas para facturar y para pasar el control de aduanas… Las experiencias habituales de pasajeros en viajes por avión, ya sean por negocios o vacaciones, están empezando a cambiar gracias al impulso del Big Data en el sector. Los grandes hubs de transporte en todo el mundo están aprovechando la ingente cantidad de datos disponibles intentando migrar el esquema previo de insatisfacción y frustración a una nueva experiencia de calma y fluidez, transformándose poco a poco en aeropuertos inteligentes.

El aeropuerto de Sidney es unos de los de más tráfico a nivel mundial, con más de 37 millones de pasajeros y 300.000 vuelos anuales. Es la puerta de entrada aérea a Australia, y el hub de tránsito para viajeros viajando por Oceanía y el Sudeste Asiático. Y es uno de los pioneros en esa transformación hacia el aeropuerto inteligente.

 

La información que proporcionan pasajeros, aerolíneas, y equipaje es la clave para planificar de forma eficaz la capacidad de servicio aeroportuario, la distribución de recursos y necesidades de personal. El problema no sólo era que los datos eran de una cantidad abrumadora, también había un retraso entre el registro de datos y su procesamiento y presentación en forma gráfica, lo que hacía muy difícil ofrecer un buen servicio al cliente. Entonces el aeropuerto tomó la decisión de implementar un sistema big data para construir perfiles detallados de pasajeros y de sus comportamientos a lo largo del viaje para planificar mejor sus servicios.

El aeropuerto colaboró con IBM para emplear el paquete SPSS Statistics, un conjunto de herramientas para realizar análisis predictivos que permitieran a los operadores del aeropuerto cotejar datos de aduanas, manipuladores de equipajes, aerolíneas, y tiendas del aeropuerto. Esto permitió mejorar la experiencia de los clientes mediante la optimización de servicios tan diversos como gestión de la congestión de aparcamientos, mejora del acceso a las salas de espera, o la optimización del flujo de las compras en las tiendas duty-free.

Los aeropuertos de Londres, London Gatwick y London Heathrow, se están embarcando también en proyectos similares. El primero ha creado una app que permite seguir al pasajero desde el momento de llegada al aeropuerto hasta el despegue, ofreciendo información y servicios personalizados dependiendo del lugar donde se encuentren [1]. Heathrow está combinando los datos de ventas y la información en vuelo para ofrecer a las tiendas una oportunidad de mejorar sus ingresos.

No es sólo en tierra donde se está utilizando el big data. Las aerolíneas líderes están empleando big data para mejorar la seguridad a bordo [2]. Muchos aviones están conectados en tiempo real con un centro de control en tierra que puede analizar los flujos de datos que emiten los sensores de a bordo y lanzar señales de aviso cuando se requiere un mantenimiento. En otras palabras, la tripulación conoce el problema antes de que el avión llegue a su destino, de manera que se pueden tener las piezas necesarias preparadas, reduciendo los retrasos y mejorando la eficiencia.

La experiencia a bordo también puede ser mejorada. Qantas realiza una combinación de diversas fuentes de datos de pasajeros en tiempo real para adaptar sus servicios en cabina [3]. Los beneficios para los pasajeros son tangibles e inmediatos, por ejemplo, cuando un pasajero ha cenado en la terminal previamente al despegue, la tripulación de Qantas lo sabe y puede no molestarle para que disfrute su sueño sin ser despertado.

El movimiento hacia el viaje inteligente está transformando la forma en que utilizamos e interactuamos en los aeropuertos. El buen uso de la información permite ir mejorando las experiencias de los clientes, consiguiendo una mejor calidad en sus viajes y aumentando la eficiencia de los procesos operativos.