La mayor parte de las empresas se encuentran en una de las siguientes situaciones en lo referente al Big Data Analytics:

Avalancha de datos
Sentimiento de ahogo ante la angustia por no poder obtener conclusiones relevantes ante la masiva cantidad de fuentes datos que fluyen constantemente. En algunas empresas, se dedican recursos exclusivamente a almacenar toda esa información sin motivo aparente.

Sin Big Data
Sensación de que no se tienen suficientes datos para analizar, generalmente provocado por una situación de lucha interna entre distintos departamentos por ver quién posee la información. Normalmente, “los de Marketing” encuentran tremendamente difícil extraer nada de “los de tecnología”, y los resultados conseguidos raramente reflejan la realidad ya que reflejan lo que creen que el departamento de Marketing quiere en lugar de lo que realmente Marketing necesita.
Es cierto que empresas como Amazon, Google o Zara no serían tan efectivas sin el uso de Big Data pero su uso no está restringido a empresas con miles de empleados y facturación de cientos de millones.

Como hemos señalado previamente, también las pequeñas y medianas empresas pueden acceder a recopilar grandes cantidades de datos internos y externos que le pueden ayudar a mejorar su negocio y generar confianza en sus decisiones.

En contra de lo que pueda parecer el Big Data no ha erradicado la intuición de los profesionales a la hora de tomar decisiones, sino que lo complementa. Quizá sea más importante en una era donde pueden ser probados nuevos escenarios y posibilidades antes de ser lanzados masivamente. Al acceder a nuevos conjuntos de datos masivos es precisamente la intuición lo que determina dónde empezar a buscar y a analizar.

https://youtu.be/qh05Q2-oF1k

Con la inminente aparición del wearable computing (tecnologías que se llevan encima como gafas, relojes, etc.) y el “Internet de las cosas” (dispositivos autónomos comunicándose entre sí en la red), el ritmo del crecimiento de datos solamente puede seguir incrementándose cada vez a mayor velocidad. Podemos hablar de que estamos entrando en la era Big Data, una era en la que se pueden testear a muy bajo coste escenarios y nuevas formas de hacer las cosas, en base a la experiencia e intuición como antes pero ahora respaldada por datos contrastables. No es cuestión de caer en la autocomplacencia y pensar que se trata de la panacea a todos los males, pero sí podemos afirmar que cuando se usa correctamente el Big Data no elimina, pero permite minimizar significativamente la incertidumbre. Nos ayudará a descubrir cosas previamente ocultas o directamente desconocidas de nuestro mercado, clientes, procesos, productos…, permitiendo realizar mejores predicciones más fiables y, por tanto, tomar mejores decisiones de negocio.

Llegados a este punto quedaría preguntarse ¿Está mi empresa usando el Big Data? Y, ¿cómo espero que afecte a mi negocio o sector?